martes, 25 de septiembre de 2012

Niño Laurel


Niño Laurel.- Mi  madre llego a odiar a mi padre y mi padre igual. Sus peleas fueron aberrantes actos de violencia concubinal. Se distanciaron sabiamente para evitar la muerte de uno. Por separado fueron personas distintas, a veces hasta dóciles y otras  veces justas. La falla estaba en la combinación de caracteres; en el choque imparable de sus fuerzas opuestas; se trato del fracaso de un mecanismo compuesto por piezas de matrizaría incompatible. Yo soy el resultado, y mis hermanos lo fueron, de esa unión; de una cadena rota. Soy la encarnación de un error. Soy la síntesis de una gesta violenta. Mi desprecio no fue para ellos es para mí, aunque ellos pagaron. ¿Dónde esta mi corona ahora? ¿y donde esta mi sentencia?

Fragmento de Niño Laurel

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