Niño Laurel.- Mi madre llego a odiar a mi padre y mi padre
igual. Sus peleas fueron aberrantes actos de violencia concubinal. Se distanciaron
sabiamente para evitar la muerte de uno. Por separado fueron personas
distintas, a veces hasta dóciles y otras veces justas. La falla estaba en la
combinación de caracteres; en el choque imparable de sus fuerzas opuestas; se trato
del fracaso de un mecanismo compuesto por piezas de matrizaría incompatible. Yo
soy el resultado, y mis hermanos lo fueron, de esa unión; de una cadena rota.
Soy la encarnación de un error. Soy la síntesis de una gesta violenta. Mi
desprecio no fue para ellos es para mí, aunque ellos pagaron. ¿Dónde esta mi
corona ahora? ¿y donde esta mi sentencia?
Fragmento de Niño Laurel
excelente. ganas de leer mas
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