-Shh… ¡Corazón: calla! No des
señales…
Estoy rendido y endurecido.
Mi orgullo se levanta ante mi
fatalidad.
Tu falta de tacto me ha dejado
atónito.
Todo es igual ahora… y no… ¿soy
frágil?
La frivolidad y vulgaridad de tus
actos
Me han dejado un sabor amargo.
Se ahogan mis esperanzas;
Se anula mi sinceridad.
Dudo de mí… de no creerme ingenuo,
De esperar, de creer, de ser
victimario.
Dudo de vos… ¡Víbora! ¡Mujer!
¡Podrías picar! Y sin embargo me
gustas.
-Shh… ¡Calla corazón! ¡No des
señales!
Quiero tenerte, si… pero esta vez
con miradas frías;
Con besos que sometan y muerdan la
lengua con los dientes.
¡Sin abrazos, sin caricias!
Con la mano firme apretando los
cabellos de la nuca.
Besos orgullosos y violentos que
te lastimen placenteramente
Y los desees como dientes clavados
en tu lengua.
Sangre derramada en nuestras bocas
venenosas.
¿Querías un vampiro? ¡Pues eso soy
ahora!
¡Basta corazón! ¡Calla corazón!
¡No! ¡No demuestres!
Aprieta los dientes. ¡Calla
corazón! ¡Calla!
¡Que nadie sepa que hay un nudo
vacío en la superficie de tu alma!
Y otro inmenso y terrible en lo
mas vital de mi orgullo de hombre.
¡Calla corazón! ¡Te ordeno que
enmudezcas!
¡Todo por ella! ¡Víbora anónima!
Mujer… víbora.
Perdición y tentación en todas los
mitos.
¡Mujer, víbora! Y yo: tonto hombre
crédulo.
Honorable en un mundo confuso de
desfigurados y sangre de tomate.
¡No demuestres a nadie tu agonía y
desesperación!
¡No vuelques lágrimas en mis ojos
que me apenen, pues me avergüenzas!
¡No cedas ante los encantos del
amor; sí ante la fría pasión!
Y por sobre todas las cosas:
“guarda tu dolor, que será veneno”
Guárdalo bien. Para que se
asiente, fermente, y sea fatal.
¿Que tan fuerte será tu veneno
mujer? ¿Más que el mío?
¿Que tan fuerte será mi veneno
Víbora? ¿Más que el tuyo?
Se sabrá si en el beso se muerden
ambas lenguas.
En verdad me duele no respetarte.
Pero todos somos alguna vez
víctimas o victimarios;
Dominados o dominadores.
Ahora no corazón… no hables. Ya
llegará tu momento.